El término megalópolis proviene del griego: mega, grande y pólis, ciudad y fue introducido por Jean Gottman, un geógrafo francés nacido en Ucrania, en su libro “Megalópolis, The Urbanized Northeastern Seaboard of the United States”. Dicho término se aplica al conjunto de áreas metropolitanas, cuyo crecimiento urbano acelerado lleva al contacto del área de influencia de una con las otras, es decir, las megalópolis están formadas por conurbaciones de grandes ciudades y están favorecidas por los nuevos medios de comunicación y por los transportes.
Megalópolis en EE. UU. (Wikimedia Commons) |
La primera definición de Gottman se refiere a la aglomeración de la costa este de Estados Unidos, formada por las ciudades de Boston, Baltimore y Washington, incluyendo más tarde a Nueva York, Hartford y Filadelfia, así como a numerosas ciudades de más de 100.000 habitantes. Esta acumulación de ciudades posee una población de setenta millones de personas, se extiende a lo largo de 800 kilómetros de norte a sur y es conocida como BosWash, nombre compuesto por la primera sílaba de Boston y Washington. En el libro anteriormente mencionado, el autor justifica este hecho mediante la sucesión de coyunturas favorable, tales como la historia colonial del país, el comercio e intercambio de Estados Unidos con Europa, la Guerra de Secesión en el siglo XIX y la presencia de una élite burguesa industrial y financiera en las ciudades pertenecientes a esta megalópolis. Gottman presenta a BosWash como la nueva Roma Imperial, siendo el océano atlántico el Mare Nostrum de la nueva megalópolis.
Imagen de satélite de Tokio (Wikimedia Commons) |
Tras la acuñación del término por el francés, otros autores han identificado y analizado otras megalópolis, como la de los Grandes Lagos de Estados Unidos, la de Londres en Inglaterra, la japonesa del Tokaido y la posible megalópolis mediterránea.
Imagen de satélite de Sao Paulo (Wikimedia Commons) |
Cuando se habla de este término conviene tener en cuenta la época en la que estamos. Antes del siglo XX, lo más parecido eran las urbes metropolitanas de Roma, Alejandría o Constantinopla, aunque el sentido estricto de la palabra se refiere a un fenómeno de la sociedad industrial del siglo XX, en el cual tenían lugar continuas y masivas migraciones globales.
En la actualidad, encontrar una de estas aglomeraciones no acarrea una gran dificultad, ya que cualquier ciudad grande se amplía con ciudades satélites que a su vez son satélites de otras ciudades, creando así una megalópolis. Existe una crítica a las estimaciones de estas conurbaciones, ya que, entre su amplia superficie, se incluyen grandes zonas vacías.
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